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Ropa tendida

Crítica en Artes y letras, por Julia Millán

Crítica en Artes y letras, por Julia Millán

Una novela familiar en relatos

 

La expresión coloquial “hay ropa tendida” suele usarse para advertir al interlocutor del inconveniente de seguir hablando, por lo general delante de los niños, de algún tema o secreto de índole familiar.

En Ropa tendida, primer libro de Eva Puyó (Zaragoza, 1976) ocurre justo lo contrario. Los temas, sean de la clase que sean, son aireados sin pudor y generalmente a viva voz sobre el mantel o en la mesa de la cocina. Y es que en esta familia, un tanto atípica, puede que no se converse mucho, pero se grita bastante.

La Zaragoza de los años 70. Un padre con tendencia a dispersarse en trapicheos intenta encontrar trabajo después de que la fundición en la que trabajaba cerrase sus puertas. Una madre, de carácter fatalista, dice ser ama de casa cuando en realidad realiza tareas domésticas en casas de otros durante toda la jornada. A la hermana mediana, narradora de la mayor parte de los relatos, le ha tocado vestir de azul en el reparto rosa/azul de las niñas y ha sido destronada de su papel de “chico” de la familia cuando nace el hermano pequeño.

Estos son los componentes de una familia cuya vida discurre entre fruta robada, rencores familiares, juguetes compartidos, brindis, ajuares heredados, bares con humo, pequeñas estafas, vaivenes de lo cotidiano que se aceptan sin pretensión de dar ni recibir ejemplo. La protagonista observa con perplejidad cómo los mayores resuelven la vida a base de trampas cuando es necesario: “… ya para entonces me sentía, como me siento a veces, la hija torpe de un mafioso de poca monta al que todos intentan engañar”. Ella, mediante un aprendizaje de pequeños gestos, termina siendo un ejemplo para todos al lograr cosas que los demás no terminan de obtener: el anhelado automóvil, del que la familia carecía, un piso de protección oficial o la felicidad instantánea de verse liberada de una tarea asumida de antemano cuando comienza a vivir con su novio, “no quiero una cocinera en casa”, le dice él.

Cada uno de los relatos responde a un episodio importante en la vida de los protagonistas. “Juguetes de bronce”, “Objetos robados”, “Héroes”, “Varices”, “Violeta africana”, “Llaves”, “Sábanas”… unidos conforman una verdadera novela, por la linealidad de la escritura y por la evolución de los personajes. Los títulos responden quizá a esas claves internas del “léxico familiar”, haciendo referencia a la novela de Natalia Ginzburg, esos códigos secretos que sólo se entienden cuando han sido creados en la complicidad de una convivencia. Así, el “Paraíso” pude ser una visita a los frutales abandonados del extrarradio.

Ropa tendida es un libro sobre la dignidad, sobre encontrar nuestro lugar en el mundo y nuestra voz” se nos dice en la contraportada del libro.

Eva Puyó ha encontrado una voz directa y clara para contar la vida de esta familia, incluso en las situaciones más rocambolescas, sin hacer énfasis ni en lo histriónico ni en lo dramático, con un lenguaje delicado y una muy fina ironía, incluso sin necesidad de nombres propios. Sorprendente para ser una autora novela. Ropa tendida es una magnífica novela que atrapa sin estridencias de principio a fin.

 

 Julia Millán 

Crítica aparecida en el “Artes y Letras” de Heraldo de Aragón, del jueves 29 de noviembre de 2007.

Julia es librera de la veterana librería Antígona (C/ Pedro Cerbuna, 25 - Zaragoza). Ha estado desde siempre vinculada al mundo del libro. Recientemente ha organizado la participación aragonesa de la feria del libro de Orthez (Francia).

 

En la fotografía podemos ver a Julia Millán, junto con el bibliófilo y escritor José Luis Melero y el editor Malcolm Otero, durante la presentación de Golpes de mar, de Antón Castro.

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